
La guerra entre Rusia y Ucrania ha traído innumerables consecuencias al mundo entero. Sociales, políticas y económicas. Como productores de frutas hemos seguido de cerca este conflicto y nos mantenemos atentos a cómo podría afectar a nuestros socios y clientes.
Rusia es el primer importador de frutas templadas. Lidera la compra de manzanas, peras, naranjas, mandarinas, pomelos y tiene el segundo lugar en limones y uvas, llevando casi 3 millones de toneladas cada año al país. El consumo de estos productos ya se ha visto fuertemente afectado, principalmente por la devaluación del rublo y los efectos del pánico e incertidumbre de la población.
LATINOAMÉRICA
Dentro de la región, Argentina es principal proveedor de fruta fresca a Rusia, siendo a la vez el que mayor dependencia tiene de esta exportación.
Por su parte, Chile en 2021 exportó US$ 623,24 millones en productos a Rusia, siendo mayormente salmón, truchas y mejillones. Y aunque se comercializan productos como uva de mesa, manzanas, peras, arándanos, kiwi y carozos, es en menor cantidad, y Rusia no está dentro del principal destino de las frutas chilenas.
OTRAS CONSECUENCIAS
Pero esto no significa que quede ajeno a los efectos de la guerra. El gran aumento en el precio de gas y petróleo, que a la vez suben otras materias como los fertilizantes, ha afectado y seguirá afectando al país, sus mercados y a los productores de frutas.
El problema logístico afecta a todas las navieras a nivel global, así como la devaluación del rublo y los problemas con la cobranza por sanciones económicas como la exclusión del sistema Swift. Todo esto sumado, aumenta los problemas logísticos y la incertidumbre mundial que no tiene claro el panorama al que se enfrentará.